Taormina, un lugar que enamora

Taormina nos enamoró. Luego de  navegar 400 millas, que bajes a tierra y que ese lugar sea Taormina, te cambia el humor.

Al llegar, el día anterior a la tardecita, tiramos el fondeo y descansamos con el Etna a nuestra espalda. En Taormina no hay marinas, así que justo en la punta de la bahía, hay un lugar se llama Naxos. A la mañana siguiente, con el Etna humeante, nos alistamos para ir a conocer la bella Taormina. Muchos la conocen como “la Saint Tropez siciliana”. Con tan  buena prensa que tiene, las expectativas eran bien altas, pero fueron superadas ampliamente.

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Bajamos con el bote hasta la playa, allí toda de piedras, nos super quemamos y pinchamos los pies, pero nada podía sacarnos el entusiasmo. Comenzamos a caminar, colina arriba y preguntando por el barrio, nos enteramos que podíamos tomar el bus público que por 1,90 euros con aire acondicionado y formato de bus de larga distancia, te lleva a destino. Un placer. En el camino que nos llevó hacia la entrada, nos topamos con un camioncito pintado de todos colores y música exquisita italiana, que vendía frutas y verduras. Con solo hacer un stop para apreciar  la bella postal panorámica de ese  lugar y oír esa  música, pude sentir la Bella Italia. 

 

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Al llegar arriba a la ciudad de Taormina, pasamos por la puerta de Messina y caminamos por Corso Umberto, la  peatonal, repleta de palacios, tiendas, restaurantes y muchas heladerías.

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Caminamos y llegamos a la Piazza IX Aprile, donde dos músicos tocaban la canción del Padrino, ja! Que recibimiento ! Luego me atrapó la vista desde la Terraza Panorámica de esa plaza, posiblemente, la más bonita de toda la ciudad. Me llamo la atención,  ver un cartel en un edificio que decía Obra de Don Bosco, que como buena salesiana me hizo sonreír y recordar los tiempos de la adolescencia.

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En esta misma plaza se encuentra la Chiesa di San Giuseppe, entramos a conocerla y al salir noté que las mujeres se sacaban fotos en sus escalinatas a lo Sofía Loren, seguramente evocando algún pasaje de alguna  película que no vi, pero dije yo también quiero! Así que con Pachi nos acomodamos para que Jorge nos sacara esa foto posando tal cual divas.

 

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Obviamente almorzamos una pizza exquisita que tenía como mínimo mozzarella, tomate, champiñones, berenjena, cebolla, y no sé cuantas verduras más, pero estaba fabulosa. Y claro que de postre, nos tomamos unos ricos cucuruchos de pistacho, chocolate, melón, mmmm. Exquisitos !

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Caminamos más, entramos al Duomo di Taormina, me quedé fascinada con sus imágenes. En este viaje estoy haciendo una colección de fotos de todas las imágenes que voy viendo de la Virgen en cada iglesia que conocemos, y con las cuales,  al fin de esta travesía, haré un compilado para poder apreciar tanta belleza junta.

 

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Al bajar observamos una hermosa vista de la Isola Bella, una de las perlitas de Taormina, a la que cuando baja la marea se accede caminando por la arena.

 

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Cómo hacía mucho calor, decidimos volver al barco e inaugurar oficialmente la temporada de pileta, así que Jorge, Pachi y la donut rosa de Pachi se tiraron al agua.

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A fin del día, entró a la bahía un viento de 30 nudos, que hizo una ola tan pero tan molesta durante toda la noche que nos impidió dormir. La cadena del ancla pegaba unos tirones infernales. Hace 3 años que vivimos a bordo, pero esa noche estuvo terrible.

Al día siguiente ya nos disponíamos rumbo al Estrecho de Messina, pero 35 nudos de viento de proa y unos panzazos horribles, nos convencieron de postergar para el día siguiente el cruce del Estrecho, cosa que haríamos por 2 da vez, al día siguiente, rumbo a las Islas Eólicas, que por supuesto no hay nada mejor que recorrerlas desde el barco. Otro lindo hallazgo que dejo para el próximo post.

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